Skip to content
You are here:
Fiesta de San Marcos PDF Imprimir Correo electrónico
Escrito por Administrator   
MONDAY 02 de MARCH de 2009 13:22

Las Fiestas de San Marcos Evangelista se conmemoran en honor al patrón del municipio, celebrándose anualmente los días 24 y 25 de abril y, una semana después, terminan los actos con la celebración de la denominada Octava de San Marcos. Se trata de una tradición popular de gran arraigo que se remonta casi hasta los tiempos fundacionales de Agulo, aunque no hay referencias escritas que establezcan con precisión su comienzo. Esta fiesta y los actos que la componen, cuentan con unas peculiaridades y valores que la convierten en un caso único en el Archipiélago, y que trasciende incluso el ámbito nacional, constituyendo un activo y atractivo cultural y patrimonial de primer orden para el municipio de Agulo y la isla de La Gomera.

La advocación a San Marcos se entronca directamente con el periodo de colonización y configuración del poblamiento de Agulo, que aconteció en las primeras décadas del siglo XVII y, concretamente, con las costumbres de las familias que, procedentes de la comarca de Daute (Noroeste de Tenerife), se asentaron en el lugar. Las primeras referencias escritas sobre Agulo cuentan como los señores de la Isla, Ana de Monteverde, Gaspar de Castilla y Alonso Carrillo, llegan a un acuerdo con Gaspar de Mesa, vecino de Buenavista del Norte para que se asentara un grupo de colonos procedentes de Daute (Tenerife), en la zona de Sobreagulo y San Marcos.

La razón de esta procedencia hay que buscarla en las estrechas relaciones comerciales que existían entre los puertos de San Sebastián de La Gomera y Garachico, unida a la coyuntura de estancamiento económico de la zona de Daute a comienzos del siglo XVII, tras la crisis azucarera y que produjo la salida de parte de sus contingentes poblacionales. La imagen de San Marcos fue traída por las familias de colonos de la zona de Daute al cuál levantaron una ermita en su honor. Se trata de una talla muy peculiar y de especial valor, ya que buena parte de ella está modelada con la técnica de paños encolados, en concreto la cabeza, las manos y los pies, siendo el eje central un tronco de madera de pinzapo, árbol propio de la región andaluza.

La relación de San Marcos con los primeros pobladores de Agulo es muy estrecha. Nos encontramos con que San Marcos Evangelista es el Patrón de Icod de los Vinos y su advocación se remonta desde la época de la conquista de Tenerife. Tampoco podemos obviar que hoy en día existen topónimos que son comunes tanto en Agulo como en la zona de Daute, como: Las Casitas, Las Canales, La Montañeta, El Puerto, etc., lo que refuerza esos vínculos apuntados entre ambas orillas.

Los principales actos festivos que componen la tradición son dos: por un lado, y el más relevante, es la Noche de San Marcos, cuando se saltan las hogueras y, una semana después, se celebra la denominada Octava de San Marcos, donde se realiza la tradicional bajada del Santo a la playa de San Marcos. Cada 24 de abril acontece una de las noches más mágicas de la Isla de La Gomera, es la víspera de San Marcos, en la que se saltan las hogueras.

Se trata de un encuentro festivo, religioso y pagano que cada año confirma una tradición antigua que se ha traspasado generación tras generación, y cuyo ritual se conserva como antaño, incluyendo el característico olor a tronco de sabina que envuelve las calles durante la quema y donde queda patente el fervor popular y cariño hacia el santo patrón. Las hogueras de San Marcos, son el emblema característico de las fiestas patronales de Agulo, y consisten en la construcción de una sucesión de hogueras hechas con leña de sabina hábilmente ensambladas, que se van situando en la calle principal del pueblo, bordeando la plaza de la Iglesia.

Una vez encendidas, éstas son saltadas a gran velocidad por decenas de personas que, a modo de promesas y con ropas adecuadas para la ocasión, atraviesan las llamas ante la presencia del Santo Patrón, quién observa como en su honor, sus fieles creyentes saltan las impresionantes columnas de fuego. Un evento festivo tan peculiar, con estas características es sentido por personas de cualquier edad, a la vez que el visitante queda hipnotizado ante la magia que desprende el paso de los saltadores que sortean las piras. Amen de buscar la protección del Santo, se sabe también, por tradición oral, que los antepasados pedían favores al Santo Patrón y a cambio le prometían que la víspera de San Marcos, el 24 de abril, llevarían una carga de leña de sabina y le harían una hoguera por ese favor.

La sabina es uno de los vegetales más característicos de nuestra flora. Se trata de un árbol de copa verde oscura y densa, que puede alanzar hasta los 4-5 metros de altura, aunque existen ejemplares de un gran porte que rebasan los 8 metros. Se encuentra formando parte de la vegetación termófila, junto a otras especies como almácigos y acebuches, en las medianías bajas del territorio insular, llegando hasta ámbitos próximos a la costa.

La sabina es una madera que arde incluso estando verde, su aroma es tan intenso y agradable que cuando esa noche se encienden las hogueras, el pueblo queda rodeado de una aureola perfumada de suave y agradable olor. Teniendo en cuenta que los sabinares están situados en zonas de orografía adversa y dificultoso acceso, había personas que se dedicaban a cortar sabina y luego vender esas cargas de leña a las gentes que tenían promesas.

Cuando cae la noche, al son de las chácaras y tambores, se saca al Santo del templo y se deposita sobre unas andas en la plaza, al tiempo que se repican las campanas, se oye un grito al unísono de ¡Fuego, Fuego! que antecede al encendido de la llama. Todo ello mientras suena el tajaraste bajo la figura del Santo Patrón. Una vez encendidas las hogueras entran en escena los saltadores. Dicen que el salto está considerado como un acto de virilidad, y que cuanto más altas son las hogueras y más saltan estos, más hombres son.

Así, de uno en uno, van saltando los saltadores que, al terminar la serie de hogueras, vuelven al inicio para volverlas a saltar. Las piras, tras casi una hora de fuego y sudor, van agotando su resplandor, aún así siguen sonando las chácaras y tambores, y son decenas de hombres y mujeres los que continúan, con gestos cargados de emoción, el impresionante ritmo de una de las expresiones folclóricas más antiguas de Canarias. Al tiempo que el Santo se retira de nuevo al interior de la iglesia, comienza a notarse en el ambiente que la fiesta va adquiriendo su faceta más pagana, dándose paso de la tradición más añeja a la verbena popular en la cual participan personas de todas las edades.

Las fiestas del patrón no acaban el día 25 de abril. Ocho días después de esta fecha, a media mañana, los habitantes se reúnen en la parroquia para llevar la imagen de San Marcos a la playa del mismo nombre. Una vez llegada la imagen a la playa se lleva hasta la orilla del mar. Allí se hace una ofrenda de flores en memoria delos vecinos del pueblo que desaparecieron en el mar y de los que ya no están. Posteriormente se celebra una misa y, a continuación, tiene lugar la comida de hermandad. La jornada culmina con el regreso de la imagen del santo a la parroquia, acompañado de los vecinos que con júbilo dan vivas a San Marcos y a su pueblo Agulo.